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Saturday, July 26, 2008

Clímax p.I

Episodio VI

Clímax Parte I

Es de noche en la centro de la luna negra, el viento canta, grita, llora, ríe; las caderas chocan al ritmo de un mojito cubano. Dulces palabras de menta se mezclan con venenosos susurros de alcohol entre cada acalorado espasmo del baile. La mente sabe lo que dice, el corazón lo que siente; los cuerpos se tambalean. Dos figuras lentamente armonizan, reconociéndose frente a frente. Un giro, quizá dos, tres o más y finalmente uno de los cuerpos cae.

La noche ríe a carcajadas mientras refleja la ironía de ese preciso día. Todo va a estar bien hoy, dice ella. En la cabeza de él la sombra del pasado acentúa sus cansadas facciones. El recuerdo de las frustraciones viejas opacan el brillo de la neonata mañana. ¡Seamos felices! Es el silencioso pensamiento que corre entre ambos hasta que el sol rompa en el horizonte. En silencio, ese pequeño espacio entre ambos, los hace agachar la mirada. Palabras entrecortadas describen ese amasijo de sentimientos que los separa, más no era el momento. De tal forma pasó aquello que ella sigue su camino mientras él se queda atrás.

El tiempo esperado está a la mano; cerca y lejos. A medida que madura el día se resienten las primeras de las últimas tribulaciones de esta historia. Y el no sabe si es mentira o verdad; un par de amantes le muestran lo que podría ser su fracaso... pero él corazón se mantiene firme y entiende que incluso siendo aquello o no un sueño, sólo le concierne confiar en ella. Las nubes del cielo se arremolinan en el firmamento listas para soltar sobre los mortales lágrimas celestes.

El viento se opone agresivamente a el camino de él, lo protege. El frío se incrementa mientras trata de mantenerse en una sóla pieza y llegar a su destino. Las puertas no son negras, se yerguen en lo que parece una fortaleza en cuyo interior alberga un pasado. Uno que se recrea alegremente porque dio paso al presente... "Ahí estaba, de carne y hueso, mi pasado. Me sentí pequeño, acongojado, sin palabras. No dije mucho, no lo necesitaba, tuve miedo. Empero en el fondo de mi alma la chispa de luz brillaba y pude pronunciar lo único que realmente importaba: un adiós"

Los hilos de plata no se dejan ver; no había necesidad de consolar al que contento se encontraba. Todo está bien.

Friday, July 18, 2008

Fantasmas

Episodio V
Fantasmas

Un día tuve un sueño de lo más curioso. Me encontraba andando en bicicleta como en aquel entonces solía hacerlo. Iba contento a ver a alguien muy querido cuando me encontré en una calle vacía. Era medio día pero ningún ruido se atrevía a perturbar la gélida calma del lugar. El aire había cesado y el trino de las aves callado. Una silueta negra apareció ante mí... la muerte. En ese momento sentí una frío abrumador; una ráfaga que sólo afectaba mi cuerpo. En un desesperado intento de seguir con vida me aferré a una bicicleta ya que mi cuerpo se había vuelto más ligero que una pluma. Sentí la terrible muerte ese instante mientras en un ahogado grito de terror despertaba.

Ayer iba caminando por la calle tranquilamente sumido en mis pensamientos; por un lado con la frente en alto alentado por la esperanza de un nuevo comienzo, las sombras en cambio me hacían pensar en el pasado que moría. En ese moemnto una silueta familiar se atravesó en mi camino, le saludé amablemente y proseguí mi camino. Una vez cumplido mi cometido regresé al lugar del encuentro sólo para encontrarme frente a una puerta negra. Se que fue mi psique el que me hizo ver la situación sombría pero eso no me evitó entrar ahí. Esperé pacientemente unos minutos y ahí estaba, tal como la recordaba de tantos años atrás. No era la mujer por la que tanto suspiré hace apenas un par de años; se trataba de alguien que conocí antes, en mi primera infancia.

Hay quienes dicen que el primer amor es el más sincero, el único. En lugar de eso un desfile de imágenes pasó por mi mente. La historia de un niño jugando con una niña, una casa grande, ideas qeu nunca se pudieron concretar. En ese momento su rostro desapareció y otra chica tomaba su lugar. Ya no era una casa grande sino un lugar húmedo. Escuché risillas, dos pequeños juagando alegremente. Historias no escritas que se desvanecían lentamente sin que ellos se dieran cuenta. Conocía bien lo que seguía después y por más que lo intentara solo eran fantasmas en mi cabeza.

Por asomo el sol iluminó la tierra, me encontraba en una escuela observando a una extraña a la que recordaba. Finalmente logré acercarme y saludarle. No quise permanecer mucho tiempo más por lo que di las gracias y me retiré del lugar. De regreso iba pensando en como otro episodio se iba cerrando en mi cabeza. Una nueva vida comenzaba lentamente a abrirse paso entre las sombras de los laberintos viejos; mi vida.

Es media noche, no puedo dormir, es la tercera semana que no concibo un buen sueño. Las imágenes flotan suavemente pero ninguna me trae descanso. Podré engañar al mundo, es fácil, pero mi corazón busca su hogar. El sol se abre paso entre los inmundos pasillos de tártaro; se encuentra a unos escasos minutos de romper en el firmamento, cuando mis ojos se abren y el vacío inunda mi vista. El dolor se ha ido, ninguna herida o cicatriz cubre mi alma; todo esta bien. Tampoco siento alegría, nada ni nadie me puede alegrar y ella es una más. El sol acaricia mi piel mientras el vacío se convierte en un mar de dudas. Sonrío porque toco esos callos en mi corazón, aún más porque sé que todas esas dudas significan que la amo...

Friday, July 04, 2008

En casa

Episodio IV
En casa

De lo aquí narrado es necesario añadir que es lo que pienso, siento y soy. Las manecillas del reloj avanzan lentamente retumbando con su característico tic toc en mis tímpanos. La sinfonía está acompañada por delgados palillos de agua que se precipitan tras de mí y a lo lejos, de repente, se escucha el imponente golpe del tambor. Sentado, espero, una conversación que no quiero tener. Cierro los ojos dando pie a una encarnecida lucha de pensamientos, cual mar y viento de tormenta, en pos de las palabras que no se han pronunciado.
Mis primeros pensamientos toman una forma oscura como de noche. En ella vislumbro una sonrisa cansada pero hermosa. Ahí estoy yo, embobado, dejándome llevar por el perfume de la noche. El momento se alargó un buen rato. la felicidad que sentí en ese momento no se podía comparar con nada que hubiera sentido o vivido antes. Ese momento se convirtió en la noche sin que los cuerpos hablasen en lo absoluto. No hubo verso, prosa o verbo... las almas hablaron en la calma del silencio y hubo paz...

El fuerte estruendo de los cielos enrojecidos me hicieron virar hacia atrás sólo para encontrarme a mí mismo poniendo pie fuera de la terminal de autobuses. no iba solo, tras de mi un singular personaje que dejaba atrás su infancia fungía como mi acompañante. En ese claro de tormenta la vislumbré una vez más; la vi como nunca antes la había visto... una intrigante mirada de seriedad se dibujaba lentamente en su rostro siendo tal mi sorpresa que el horizonte se tornó una vez más lluvioso.

De aquí en adelante los matices del camino se tornan distintos. Es probable que el cielo no cambie pero sí nuestra percepción de él. ¿Caminaré solo mi camino? ¿Será este instante en que me siento acompañado fugaz como la noche? No conozco las respuestas, ni el camino ni el porvenir. Escribo bajo la lluvia de plata, bajo la lluvia de lágrimas; la lluvia que simplemente es agua caída del cielo. Escribo para el que me lee, en silencio, lo que siento....