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Tuesday, November 20, 2007

Enamorado

Enanmorado
-SD-

La máquina arroja su último vapor, los engranes dan su última revolución; al caer la noche un maquinista baja por última vez la palanca de aquel revoltijo de acero. La fábrica queda en un silencio sepulcral, los obreros caminan silenciosamente en una hilera hacia la salida. Unos más, otros menos, los ojos parecen cuencas vacías como si estuvieran idos. El cansancio pesa sobre la frente de todos, el precio por el pan nuestro de cada día.

La última ánima ha salido, un click metálico hace eco por todo el espacio vacío y las luces se apagan, en el exterior otras se encienden dejando solos a los guardianes de ultratumba. Un hombre de edad avanzada pero robusto, razgos marcados por las heridas de la vida, ojos turbios, mirada de halcón, en una mano un fusil de añejos recuerdos y tres perros que furiosos le llaman amo.

La amarilla luna hace sus veces de lumbrera en el lúgubre cúmulo de aceros, destrozador de almas y forjador de fortunas. La luna, la contadora de historias, la guardiana de secretos y amoríos, la luna de quien me he enamorado. Es a ella a quien observan mis ojos, es ella, cuando mis pensamientos se esfuman la que siempre he amado. Es de noche, ningún pensamiento se atreve a perturbar la armonía de mi soledad y de mis suspiros, es de noche, un frío letargo evita que piense en algo más.

Estoy sentado sobre mi ventana, con la mirada perdida en el cielo y preguntándome si algún día volverá mi hermosa, la nostalgia quema a llamaradas mi alma mientras contemplo lo que ha sido de mí. Fue un día como cualquier otro, al romper la aurora un agudo chillido abrió la reja y la fila entró a la fábrica. Figuras de diversas edades, como sombras, caminaban hacia sus estaciones de trabajo al ritmo de una música que nadie escuchaba.

Ese día fui escogido para comenzar a trabajar en otra parte de la fábrica; no sé como pero mi vida no volvió a ser la misma. Esa misma tarde desperté de mi sueño. Al principio fue grandioso descubrirme vivo pero ese siguiento fue ofuscado por la desperación de no estar dormido. La comida sabía insípida, el calor insoportable, el ruido de la maquinaria desesperante y el silencio una tortura. La vida había perdido su razón de ser.

Esa misma noche traté de seguir el ritmo de mis compañeros pero no pude, la música ya me era desconocida y en mi cabeza zumbaban mil llamentos por mis quejas. Esa noche escuché por primera vez el ladrido de los perros pero nadie lo notaba, en un descuido volteé la cabeza y ví que el viejo me observaba. Llegué preocupado a mi casa, no sabía que hacer, ni que pensar, sabía que al día siguiente iba a explotar. Pero ese día siguiente tardó muchos días, la marcha de la fábrica siguió inalterada por varios meses más.

Una mañana me levanté cinco miuntos antes de lo acostumbrado y comencé mi rutina pero me sobraban 5 minutos por lo que me puse a ordenar el desastre que tenía en la sala. Al principio vi lo que esperaba ver; reportes viejos del trabajo, gráficas de desempeño, y otras muchas hojas parecidas. En el fondo encontré algo inesperado, una libreta de pastas duras y cubierta de polvo, de esas que compras por unos cuantos centavos en el mercado y que usas para todo.

Ese día no esuché la chicharra, tampoco el molesto ruido de la maquinaria operando, no presté atención las conversaciones de mis colegas, ni mucho menos el ladrido de los perros, es más, no sentí la mirada del viejo vigilante de la fábrica. Mi mente sólo tenía espacio para el manuscrito arrumbado. Un pequeño ruido del chocar entre dos metales me situó en la realidad, la lluna estaba en su cenit y yo abría la puerta de mi casa.

Avancé unos pasos, con cierto temor y exitación tomé el cuaderno y vi como una hoja de papel resbalaba de su interior. La levanté del suelo y vi que era un pedazo arrancado a una fotocopia. La comencé a leer y una serie de recuerdos afloraron en mi cabeza, lo que tenía en frente era una nota al pie de mi contrato. Me senté y comencé a leer "Al momento de firmar esta hoja, entrego mi cuerpo y alma a la compañía, de la misma forma me comprometo a usar todo el conocimiento que adquiera cuando despierte para su beneficio anteponiendo mi corazón"
La nota que en ese momento hacía que mi vida tuviera un sentido me hizo sudar y con temor de lo que pudiera pasarme empecé a leer la libreta aquella. la primera hoja tenía mi nombre, debo admitir que me costó reconocerlo ya que tenía años que no lo había escuchado ni escrito. Las siguiente hojas estaban chamuscadas y en rojo una nota que decía: "no vale la pena recordar".

La siguiente hoja tenía una fecha y una tabla de resultados. Vi lo que tenía escrito y recordé que esa tabla la había visto con información totalmente distinta. Cerré el libro y busqué en la pila de papeles esa tabla que se me hacía familiar hasta que la encontré. Efectivamente eran distintas, la primera contenía información técnica sobre la producción de la fábrica, mientras que la segundas tenía detalles sobre el estado de las máquinas, éste con números rojos.

Esa noche no pude dormir, de acuerdo con los cálculos que había hecho la máquina que yo operaba ya había excedido su punto crítico. Efectivamente, al día siguiente ésta tronó. No supe que hacer, los indicadores de calor y de presión se encontraban en la zona roja, el vapor salía por todos lados, las válvulas de contención estaban abiertas totalmente, todos los enfriadores colocados en los contenedores. Traté de apagar la caldera pero un supervisor dijo: "el día no se ha terminado". Nadie pareció notarlo....

Al sonar la campana apagué lo que quedaba del equipo y cabizbajo por mi fracaso, caminé a la salida. Fui el último en salir e incoscientemete seguí la canción nocturna. Esa noche no ladraron los perros ni me sentí observado. Estaba ya por salir cuando una voz ronca me dijo: "La luna es hermosa ¿no crees?" Era el velador de quien yo escuchaba sus primeras palabras. Esa noche quise mirar al cielo pero se encontraba ausente.

Tomé el cuaderno y seguí leyendo, la siguiente hoja decía... "Vi mi luna, no la tomé, estoy enamorado de su reflejo en una charca". Con esas palabras recordé que una noche no ví la luna y quise olvidarla porque el olvido es más fácil que la espera. cada noche volteé al cielo, suspirando cada rayo que perforaba las nubes y anhelando el día en que regresara mi luna.

Ya no importa si los engranes vuelven a girar, o sí la canción tiene un sólo compás, en tanto pueda esperar la luna aquella puedo seguir adelante.

Monday, November 12, 2007

Ese día

Ese día, esas flores

Ricardo Pozas Díaz

Quisiera que lloviera, así el agua barrería lentamente mis penas. No llovía, escampaba, el dolor seguía brotando de mi pecho pero no dolía. Mi mancillado orgullo estaba triste, roto, quedaba poco de él. Una voz reía aquí adentro, no de felicidad ni de gozo sino de vida. El fracaso goteaba de mi lánguido brazo que colgaba del marco de la ventana. No sonreía, tampoco lloraba, un estado de inmesurable suspensión, un tiempo congelado. Ese día había sido derrotado y nada podía cambiar ese hecho.

Ese día era distinto a cualquier otro porque era un día en el que nada podía salir mal. Me levante con mucho entusiasmo, no porque fuera a ser un buen día, tampoco porque había superado todos los retos del mundo, mucho menos porque me estuviera de maravilla. Ese día era especial porque podía salir adelante, respirar, vivir. No porque fuera más capaz que otros días. Ese día tenía confianza en mí, ese día relmente me quise má que ningún otro, ese día no dependía de ninguna circunstancia, ese dia iba a salir adelante a pesar del mundo.

Hice lo que tenía que hacer, tal vez no fue algo extraordinario pero recuerdo que tenía muy en mente lo que había que hacerse y cómo debía hacerse. Un plan bastante sencillo; estudiar progresivamente, dar función, festejar con mis compañeros el fin de la compañía y del semestre, terminar de estudiar, levantarme, atender a clase, presentar mi exámen final de matemáticas y prepararme para cualquier reto que pudiera presentarse. Es sencillo, incluso bobo, para alguien que está acostumbrado a cumplir con objetivos, metas y salir adelante no es grande. Lo que lo hacía grande es que la materia iba casi reprobada y que mis probabilidades de éxito eran bajas. Es más, lo grandioso de ese día es que llegué a creer que iba a poder hacerlo y si podía cumplir con aquello que más trabajo me costaba, también iba a poder con la vida porque me habría vencido a mí mismo.

Me recuerda increíble pensar todo lo que sentí por un triste exámen, pero más aún lo que pasó después. La noche desplegó sus alas y su manto estelar cubrió el cielo, tenía miedo de lo que pudiera pasar. Era nuestra última puesta en escena, el momento cumbre de un largo y hermoso trabajo, era el momento final. Las luces del teatro se apagaron y sólo escuché el sonido de la batería seguido por una fanfárrea. Nuestra entrada. Mi energía se centro en el momento, la obra estaba ensayada, conocía muchas de las facetas que se pudieran presentar y me sentía listo para ejecutar mi mínimo papel. La obra corrió, mi pulso se aceleró, cada movimiento, cada posición fue ejecutada con la mayor precisión posible y al final cuando la adrenalina que corre por tus venas ha intoxicado el más remoto lugar de tu cuerpo, la ovación del público.

El telón se encontraba por caer y un pequeño pensamiento cruzaba por la cabeza, un insignificante y ligero toque de vanidad para coronar ese momento último. Un gesto tan sencillo y tan significativo, ese día que todo salía bien, ese instante que iba a ser sólo mío, ese triunfo. Algunos dicen que la vanidad es el pecado original y fue un grave error haber sucumibido ante él. Ese pequeño pensamiento, mis flores, mi reconocimiento, ese instante en el que no eres uno más en el escenario, ese regalo que te daba tu madre, ese instante con tu corazón abierto...

El telón cayó y no hubo flores pero sólo eran unas malditas flores. El mundo se desvaneció y ese pensamiento lo fue todo, o todo fue ese pensamiento. La garganta no tenía palabras para expresar sus sentimientos, un dolor ahogado, tu corazón abierto había sido penetrado. No hubo lágrimas, ni voz ni sentimientos. Las risas se conviritieron instantáneamente en espinas, el momento de triunfo se tornó en amargura, oh vanidad. Di unos pasos hacia los vestidores rogando que alguien se acordaran de mí, que alguien sacara mis palabras y mis lágrimas. Nada pasó, las felicitaciones cayeron en todos menos en mí, era yo, un miembro más de la comparsa, un personaje de fondo que no tenía derecho a brillar. Un ser ordinario que deseó tener su momento. Estúpido niño encaprichado por un objeto sin valor. Sólo eran unas flores.

No estaba mi madre, tampoco mi enamorada, sólo estaba yo, abandonado en mi tristeza. Una holla de presión ansiosa por explotar con el coraje suficiente de no hacerlo bajo el escenario. No esperé un momento más, justo en el momento en que se dio la última palabra escapé rápidamente de lo que se había en mi cabeza vuelto un infierno. En la entrada me estaban espernado dos personas que sabían lo que estaba pasando. Una con voz grave tratando de pedir perdón sin emoción y de forma fría y nada empática. La segunda sabía de la tormenta que se había formado pero no era quién para corregir lo sucedido.

Jamás un café supo tan amargo, jamás había comido un menudo con lágrimas, jamás creí que algo así pasaría. Mi cabeza repetía las mismas palabras como una letanía que se entrelazaban con el dolor inherente, sólo son flores. Las palabras de mi hermano sonaban vacías. su intención era la más pura del mundo pero no era él quién me había lastimado, ni esta herida su responsabilidad. El día se había acabado, no hubo flores, no hubo fiesta, no hubo estudio. La mano me temblaba, mi vista se nublababa mientras sonaban las mismas tres palabras en mi cabeza, sólo son flores. Me heché a dorimir con una lágrima en mis mejillas.

Me gustaría haber acabado la historia en ese momento y haber despertado con el único pensamiento de que tenía un exámen, que no había sido derrotado, que no me sentía abandanado. Pero desperté de la misma forma en que dormí, no descansé, mis pensamientos seguían turbios y así a la postre me resigné a mi exámen como un reo camina por el patíbulo. Que si fallé o no el exámen fue lo de menos, que si luego me trataron de compensar en la retroalimentación de la obra tampoco importó, que luego con una sonrisa fingida me dieron "esas flores" tampoco. Ese día había salido mal, la rueda se había parado.

Si hoy escribo sobre este episodio de mi vida no es porque lo haya superado enteramente, sino porque tengo el estómago para plasmarlo por escrito, porque tengo la vaga idea de que la rueda puede volver a girar y encontrar aquello que no alcancé esa noche del 30 de marzo del 2006. Hay días en los que pregunto por mis flores, no porque tengan un valor material, sino porque ese día podré abrir mi corazón como lo hice esa noche.

Wednesday, November 07, 2007

Derribando a un sistema

Derribando un sistema
x SD

Un sistema es un ente sumamente complejo, puede constar de 2 o más entes entrelazados para una causa común.

Los sistemas pueden ser di diversos índoles, humanos, políticos, económicos, estructurales.


Los sistemas necesitan forzosamente tener una cabeza y un cuerpo. una parte que idee el procedimiento y otra que lo ejecute. La cabeza puede ayudar al cuerpo pero en teoría no pasa al revés.


Tenemos un sistema cualquiera y vamos a derrumbarlo, un castillo, por ejemplo.


Lo primero que hay que hacer es esperar a que el castillo se debilite... Puede ser por otras guerras, un asedio, una peste. O bien espera a que recién entre a un período de estabilidad tras un largo período de guerra


Para este ejemplo se supone que el agresor está en óptimas condiciones


Después comienza scon peuqeños ataques al azar, asegurándote que el sistema tenga varios frentes


después das un gran golpe en el punto más débil de tooodo el sistema


Si tu enemigo es fuerte, resistirá esta primera oleada de terror


Muy bien!! el sistema ha entrado en crisis, ahora cada vez que trate de hacer algo, los recursos se van a consumir al doble, los intentos de recuperación excesivamente desgastantes y lo mejor de todo, los forzosos períodos de descanso van a dañar al sistema.


es momento de no dejar ese frente principal y continuar con ataques diversos pero ¡ojo!
los ataques de tu enemigo son más fuertes que nunca. Un animgal en riesgo de muerte es muy peligroso e inestable.


Deja de atacar pero aparenta que lo haces, los golpes al vacío de tu enemigo te favorecen


Espera...


Da el tiro de gracia




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Recuerda, esta es la mejor forma de colapsar un sistema y mucha suerte!!!!

Monday, November 05, 2007

Novedades

Hola, me aproximo a mi último tramo del ciclo escolar (sin comentarios al respecto) y voy a poner un breve resumen de los últimos eventos.

1. Ya concluyó la primera temporada de la Ópera del Pordiosero y salió poca madre:


Aqui está un video para que se den una idea


2. hubo una fiesta de disfraces con motivo de la obra y bueno, digamos que no me mostré particularmente creativo.... felicidades a mr mario x su disfraz y a ramiro(a??)



3. mis hijos cumplieron años snif!!! (sorry no fotos)

4. la odisea de este semestre sigue pero creo que yo aqui le dejo... ahora... expando mis horizontes a facebook hihi...

5. Pendientes: estoy escribiendo algo decente para mi blogg, felicidades a los k presentaron en la muestra de talleres,

6. Frases del mes:
- Sonríe... mañana será peor
- Me frustro porque me va mal, me va mal porque no estudio, no estudio porque estoy frustrado
- Todo saldrá bien... ¿Cómo?.. Es un misterio :)
- Relax -o- visión

7. El dilema de D.A.M.M...!!!!